Decía Nietzche que “sin música la vida sería un error”. Somos seres musicales, desde nuestros antepasados que hacían los primeros sonidos musicales con instrumentos de hueso y madera, la música ha sido parte de nosotros. Por supuesto, no toda la música es igual, varía dependiendo del lugar, la cultura y la personalidad.
No es raro que la adolescencia sea la etapa de la vida donde parecemos tener una conexión más profunda con la música, pues es el momento en que estamos en la búsqueda de nuestra identidad. Buscamos algo que nos defina y la música se presenta como una manifestación de quienes somos; el ritmo, el mensaje y lo que nos hace sentir, resuenan con nuestra autoimagen. Es común que en esa búsqueda cambien los gustos de los adolescentes de un momento a otro.
Si bien, no podemos saber demasiado de una persona por lo que escucha, ya que sus elecciones dependerán también de factores del entorno, si es posible tener una aproximación a cómo el gusto musical está ligado a algunos rasgos de personalidad. Al menos así lo aseguran Los psicólogos Peter J. Rentfrow y Samuel D. Gosling, de la Universidad de Texas, que para hacer una clasificación de los géneros musicales y su relación con la personalidad, idearon un test de preferencias musicales (STOMP en inglés) para clasificar qué rasgos están vinculados que tipo de música.
La clasificación señala, entre otras cosas, que si te gusta el jazz, probablemente seas imaginativo y liberal; si te gusta el rock, puede que seas extrovertido y atlético; los amantes del reggae serían relajados y creativos; mientras que los amantes del pop tendrían una visión más tradicionalista del mundo.
Por su puesto estas son generalidades, la personalidad varia de individuo en individuo y no se puede afirmar tajantemente que el que te guste cierto tipo de música, implica que seas de tal o cual forma. Sin embargo, lo que escuchamos si dice algo de nosotros, pues a fin de cuentas es una forma de autoexpresión; si una canción hace eco en lo que sentimos, es posible que la utilicemos como medio para expresarlo.
Escrito por: Elena Pedrozo
