Bienestar

Ser agradecida para alegrar a otros

ser-agradecida-para-alegrar-a-otrosEs bueno estar siempre agradecidas, y todavía mucho mejor llegar a expresarlo. Intentemos no guardarnos las “gracias”, aprovechemos cada oportunidad que tengamos para hacerle saber a las personas que han contribuido a nuestra felicidad, que estamos agradecidas.

El ser agradecidas es algo que debiéramos intentar poner en practica a diario. Hay muchas personas con las cuales o por las cuales podríamos estar agradecidas, como personas que se cruzan por nuestra vida, personas a las hemos olvidado y otras que se han olvidado de nosotras, pero que pese a ello, de una forma fugaz, formaron parte de nuestra vida.

Algunas cosas por las que debiéramos estar agradecidas cada día:

  • La familia.
  • El trabajo.
  • El alimento.
  • El techo.
  • Los amigos.
  • La naturaleza.

Son cosas por las que constantemente damos gracias, pero hay muchas personas que egoístamente no dan mérito a quien corresponde dar, concediéndoselo a su propio talento, habilidades, o capacidades, olvidando que detrás de un triunfo hay personas que han jugado un papel importante en su desarrollo, como los padres, para dar un ejemplo.

Decir gracias no nos quita ni siquiera un segundo, aun así y a pesar de ser algo tan fácil de dar, muchas veces nos dejamos absorber por las preocupaciones del día a día, se nos olvida que detrás de un mostrador, o de un escritorio, hay una o varias personas dedicando su tiempo, tratando siempre de dar un buen servicio al público; se nos olvida que no nos inundamos de basura porque hay alguien que se encarga de llevarla a donde corresponde.

Muchas veces somos agradecidas pero no lo demostramos, porque damos por sentado que lo saben, o damos un agradecimiento superficial, sin detenernos un segundo para acompañar ese gracias con una sonrisa.

Muchas veces al regresar de un día fuerte de trabajo, nos encontramos con un mensaje de aquella amiga que hace tiempo no vemos. Nos ha llamado sólo “para saludarte y para saber cómo estás.” En lugar de llamarle para decirle un gracias piensas en hacerlo más tarde; al pasar de los días y semanas, te das cuenta que has dejado “para después” el hacer esa llamada para decir “gracias por acordarte de mí.”

Una amiga vino a mi casa para dejarme un regalo de cumpleaños, el de ella era un día después del mío. Por no encontrarme en ese momento, lo dejó de encargo con mi familia. Yo pensé en llevarle su regalo durante el siguiente fin de semana, pero el día viernes sufrió un desafortunado accidente y falleció; no me tomé el tiempo para decirle gracias por tenerme presente, ni siquiera le di un abrazo de agradecimiento. Es algo que he llevado en mí por todos estos años.

Muchas son las cosas que damos por sentado, no sólo que las tenemos, sino que siempre estarán allí, no podemos ni debemos olvidar dar las gracias, no olvidemos tampoco que nuestros hijos aprenden de nosotros los padres; influyamos en nuestros hijos, demos un efusivo gracias enfrente de ellos, tan seguido como sea posible, enseñémosles a devolver un abrazo con un gracias por los gestos amables que reciben de extraños, de la maestra, de la enfermera, de quien le sirve en la tienda, etc. La generosidad y el agradecimiento es algo que debe estar presente en cada momento, en cada instante de nuestra vida.

Escrito por: Amanecer cautiva del amor

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