Comer es una de las necesidades básicas del ser humano, es algo que no pensamos y sólo hacemos. Pero alimentarse es mucho más que ingerir alimentos, quizá si comenzamos a ver en perspectiva qué es la alimentación, podamos aprender a tener una mejor relación con la comida.
Alimento y alimentación provienen del latín, de la palabra “alimentum” procedente del verbo “alo, alis, álere, alui, álitum” que se puede traducir como “alimentar o hacer crecer“. Esa segunda parte es sumamente importante, porque la alimentación no sólo es el acto de ingerir alimentos; se trata de elegir y preparar la comida para que nos brinde nutrientes y vitaminas, que nos ayude a crecer y estar sanos.
Es en el sentido de hacer crecer que utilizamos la palabra alimentar cuando nos referimos a “alimentar el espíritu”, aquello que nos ennoblezca y nos haga mejores. Lo mismo debe aplicar para lo que comemos. Debemos buscar aquello que nos ayude a estar mejor, para que nuestro cuerpo esté sano y la comida nos ayude a crecer –que no engordar–.
La comida chatarra no nos alimenta, comer en exceso no nos alimenta. No se trata de comer por comer, sino de disfrutar de una buena alimentación, que sea consciente y bien planeada. De disfrutar un platillo que sepamos que nos hará bien. De combinar los alimentos de tal forma que nos brinden el mayor beneficio.
El ritmo acelerado de vida parece interferir en nuestra toma de decisiones respecto a lo que comemos; a veces elegimos lo que está a la mano o lo que implica menos esfuerzo. Pero es necesario tomarse el tiempo para asegurarnos de que nos estamos alimentando.
Escrito por: Elena Pedrozo
