Noviazgos

La venganza se llamó vanidad



Debido al Internet ahora es cada vez más frecuente contactar amigos de nuestra juventud. Y así lo hizo una conocida, Carolina empezó a  escribirle a Alonso bastante seguido, él ya no residía en el D.F., y por lo que comentó le va muy bien económicamente.

La relación fluía pues no había día en que no se comunicaran ni desearán saber uno del otro. Frecuentemente recordaban eventos del pasado, lamentaban haber dejado pasar el tiempo y no haberse casado, pues mientras más se trataban más se percataban de la afinidad que existía entre ellos.

No obstante lo que no esperaron sucedió y Alonso se quedó viudo. Después de un tiempo, cuando él lo considero prudente y se sentía mejor, le escribió a Carolina sobre ir a visitarla.

Ella acudió ilusionada, muy arreglada a la cita, pero mientras lo esperaba en el aeropuerto un hombre de gran corpulencia, muy gordo tipo talla XXX, oliendo a ajo, con bisoñe -el cual sobresalía-, se le acerco. Carolina lo miro indignada ¿con quién la podría confundir aquel tipo? Así es que le hablo lo más cortante que pudo, pues no deseaba que Alonso la viera hablando con este tipo.

-¿Se le ofrece algo?
El hombre sonrió  bonachonamente pues tenía bigote y al hablar le dijo: -Soy yo, tu Alonso tu corazón, sé que he cambiado pero tu sigues igual, sino es que hasta mas guapa. Carolina no sabia donde meterse.

El fin de semana que ella había planeado para su romántico encuentro en el que había depositado a sus hijos con sus abuelos. Sirvió de pretexto para ir de inmediato a recogerlos y atenderlos, para así evitar cualquier momento de encontrarse  a solas con él.

Cuando terminó la visita y esperaban en el aeropuerto su salida, él intento besarla, por supuesto ella le rehuyó, entonces él le comento -Creo que no resulto nuestro encuentro como lo imaginamos.

Carolina lo miró y decidió sincerarse -La verdad es que hemos cambiado. Me imagino que si tu me hubieras visto de nuevo con más de treinta kilos de peso, te hubieras sacado de onda .Entiéndeme  soy humana y a mi me gustaría ofrecerle lo mejor de mi a una pareja y, el cuidado de uno es un elemento importante en una relación, habla de como nos tratamos a nosotros mismos.

Carolina llevo a la reflexión.

Así se despidieron y pasó algún tiempo sin que supiera de él, pero nuevamente le empezó a escribir. Alonso le pidió que le diera una oportunidad, pues el estaba cambiando y se sometió a una rigurosa dieta. Y así por medio del Internet Alonso se mostró como el hombre más fiel y enamorado, hasta la misma luna casi le prometía e hicieron planes hasta de casorio y toda la cosa. Él incluso le mandaba seguido arreglos de flores y no se que tanta cosa. Eso si le prometió que no la vería hasta que volviera a tener el mismo peso que tenía de joven.

El esperado día llego y cuando fue a recibirlo efectivamente era otro. Desde su peso, se había  quitado el bisoñe y se había rapado, sus dientes impecablemente blancos y desde luego también su ropa. Carolina se había quedado deslumbrada, él se porto muy atento y la llevo  a los mejores restaurantes durante este tiempo, varias ocasiones ella se mostró provocativa, pues se sentía lista para la intimidad.

A pesar de ello, él le cambiaba la jugada. Se termino su estancia y antes de irse él la beso apasionadamente, ella se sintió prendida y él le prometió que estarían muy juntos la próxima ocasión. No obstante él no le volvió a llamar y  ella se entero  que salía con mujeres jóvenes y bonitas.
Me queda claro que Alonso se había sentido herido en su vanidad y cambio, aunque no estoy muy  segura si fue para bien pues por lo que mostraba ahora, se había vuelto un tanto arrogante.
Lo que si me queda claro es que el tiempo pasa, así es que si vas a ver a alguien de tu pasado, pídele una foto reciente para que no sueñes tan alto, ya que puedes llevarte muchas sorpresas.

Por: Perla Arbide

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