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Le canceló la boda por impuntual



Inés estaba llorando inconsolable, pues su novio anglosajón Joe, después de dos años de relación - a quien había conocido en México, porque él trabajaba en una empresa transnacional - le había comunicado muy decididamente que no podían casarse, ya que  algo que consideraba con sumo valor era la puntualidad. Ella ignoraba que aquella tarde su corazón se rompería.

Faltaban sólo quince días  para  el deseado enlace matrimonial y su amado Joe le hacía una serie de señalamientos sobre su impuntualidad que le molestaban de sobremanera. Así empezó a enumerarlos, el día en que le presentó a sus suegros llegó casi una hora mas tarde de la señalada. Las veces en que ella lo recogía en el aeropuerto llegaba media hora o hasta una hora después pero nunca a tiempo. Cuando se citaban en algún lugar público, él se quedaba invariablemente hasta más de media hora esperando y así  continuó señalando toda una larga lista de impuntualidades.

Joe terminó explicándole que para él una persona impuntual era el equivalente  a un ladrón,  al escucharlo decir esto, ella se quedó muy sorprendida con la comparación que estaba haciendo. Él  entonces le expuso que el impuntual lo que hace con esta actitud es robarle el tiempo a las personas que lo esperan, porque el que llega puntual dejó de aprovechar su tiempo pudiendo hacer otras cosas para poder acudir a la cita a tiempo y esto es definitivamente inmoral.

Por último se terminó cuestionando si sería una cuestión cultural, puesto que ninguna de las juntas de trabajo a las que había asistido, había empezado a tiempo. Se quedaba sorprendido de que, cuando alguien llegaba tarde la excusa invariable era el pesado tráfico que se sufre en la ciudad de México. Joe afirmaba que en el campo laboral, la productividad de nuestro país se veía severamente afectada por esta cuestión.

¡Guau!, al escuchar aquello tuve que admitir que  a veces soy impuntual y que probablemente sí sea una cuestión cultural. Desde luego que no es justificable y de ninguna manera es permisible.

Aunque debo admitir que existen diferentes clases de impuntuales. Está el social que llega tarde a la reunión para crear expectativa, la clásica cuando llega el pretendiente a ver a la chava y ella se tarda. En este caso me acuerdo que uno de mis hermanos me decía, si haces lo contrario pensará que estas ansiosa por verlo. Por extraño que parezca existen los que son puntuales en un campo e impuntuales en otro.

La impuntualidad del doctor creo que todos la hemos padecido. Escuche a un doctor al que su madre solía aconsejarle que llegara tarde para que sus pacientes pensaran que era importante. No obstante, estoy de acuerdo con este mismo doctor que sugirió que cuando estemos en el consultorio, le diéramos al  doctor un tiempo límite, tal vez hasta media hora, y nos fuéramos porque de esta manera si lo hacemos se hará consciente del valor de nuestro tiempo.

Sin embargo, existen sociedades como la europea en la que es inaceptable este tipo de comportamientos. Un ejemplo de ello fue un concierto de Shakira, que llegó hasta hora y media más tarde a presentar su concierto en Europa, ocasionando que el público no le aplaudiera y ella se enojó a mitad del concierto y se fue. Por el contrario, creo que en nuestro país se hubiera aceptado, por lo cual vuelvo a lo mismo, es probablemente un problema cultural y aquí viene lo grave, ya que se convierte en un hábito, del cual no nos queda claro sus consecuencias. Aun cuando en algunos casos las vemos claramente como puede ser desde perder el trabajo, hasta perder el amor como fue el caso de Inés.

Otra clase de impuntualidad es de la que casi todos los hombres se quejan, es la impuntualidad de la belleza, la cual consiste en el tiempo que les hacemos perder a los hombres cuando nos estamos arreglando para salir.

También existe la impuntualidad seductora, que es cuando llegamos tarde a una cita amorosa, por ejemplo una cena en un restaurante con el propósito de provocar el deseo y aumentarlo.

Escuche a alguien decir que la puntualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros y de hombres de negocios.  Y a ti ¿tu impuntualidad te ha ocasionado  problemas? En el caso de que sea afirmativa tu respuesta, es hora de empezar a trabajar con ella para ser mejores.

Escrito por: Perla Arbide

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