Escrito por: Kristell Álvarez Solórzano
Todas las mujeres queremos encontrar a ese hombre maravilloso que nos haga vivir una vida de ensueño, que nos haga realidad los cuentos de hadas que nos leían de niñas, ese príncipe azul que llegará a nuestra vida a resolvernos todo. Y fabricamos en nuestra imaginación al hombre ideal para nosotras, pensamos que será guapo y rico, y nos dará la vida de princesas que siempre hemos soñado.
Y a como van pasando los años, incluidos en ellos desilusiones y corazones rotos, nos vamos dando cuenta que ese hombre perfecto no existe, que se han extinguido y que nos quedaremos encerradas en la torre de nuestro castillo para siempre.
¿Realmente no existe el hombre perfecto? ¿Se lo ha tragado la tierra? ¡No! Lo que pasa es que la descripción que tenemos de él es errónea, y estamos tan enfrascadas en buscar lo que creemos es el hombre ideal, que dejamos de lado a los simples mortales, en quienes, si buscamos bien, se encuentra escondido el hombre perfecto que soñamos.
Lo de que es guapo o rico, o ambas cosas a la vez, está de más, es algo irrelevante. El dinero va y viene, hoy puedes tener mucho, mañana no. La belleza física termina por ceder ante los caprichos del tiempo y desaparece.
Lo que realmente importa en un hombre es su esencia, su personalidad, su carisma, su inteligencia, su nobleza, sus sentimientos, y sobre todo la manera en que te trata, eso es lo importante. De que te sirve que sea un “carita” si se porta como un patán contigo, o que tenga mucho dinero, si su corazón está vacío.
En el amor, el empaque sale sobrando, concéntrate en el interior, los valores de su corazón son lo que realmente hacen de un hombre, el hombreTal vez tengas que besar uno que otro sapo, pero te aseguro que cuando sea el indicado, lo sabrás; algo dentro de ti te lo dirá, y no tendrás más dudas perfecto.
Aquel que te conoce perfectamente, que se sabe de memoria tus virtudes y te ama por ellas; que está consciente de tus muchos defectos y te ama por ello; que te encuentra hermosa con y sin maquillaje, aún cuando estas con gripa y sientes que le robaste su nariz a Rodolfo, el reno.
Es quien sabe cómo hacerte sonreír y mantener esa sonrisa, quien te soporta en esos momentos en que ni tú lo haces, quien prefiere quedarse a tu lado cuidándote una fiebre, que irse con sus amigos de parranda, quien se esmera en prepararte una deliciosa comida para sorprenderte, quien te ofrece su hombro para llorar en los momentos difíciles – y también en esos llantos que sólo son producto del síndrome premenstrual-, quien se chuta toda una película cursi solamente para pasar un rato contigo… en pocas palabras es ese hombre que te ama tal y como eres, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, y que siempre estará contigo sin importar nada.
Ten por seguro que sabrás cuando tengas frente a ti a ese hombre perfecto y jamás lo dejarás ir, porque él te tomará en sus brazos con tal firmeza que sabrás que estará contigo toda la vida.
Yo lo encontré hace 5 años y, aunque no lo crean, desde la primera vez que me besó supe que con él me casaría y compartiría toda mi existencia. No sé explicar cómo me di cuenta de eso, fue algo mágico, simplemente lo supe, así funciona el amor. Y créanme que es real, hoy llevamos 4 años -y un cachito- de casados, y nos faltan mucho más: toda la vida… y quizá después.
El verdadero amor es para siempre, es como un roble que se fortalece ante las adversidades, es capaz de luchar contra todo y contra todos… y salir siempre vencedor.
Tal vez tengas que besar uno que otro sapo, pero te aseguro que cuando sea el indicado, lo sabrás; algo dentro de ti te lo dirá, y no tendrás más dudas: podrás entregar tu corazón y vivir ese gran amor que siempre has soñado.
Escrito por: Kristell Álvarez Solórzano
