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Etapas de duelo tras una ruptura

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Una ruptura amorosa siempre es traumática y dolorosa. En momentos así es totalmente normal sentir tristeza, ira y culpabilidad, tanto si somos nosotros quienes hemos terminado con la relación como si ha sido nuestra pareja.

  Es entonces cuando vivimos una complicada situación de tensión y el pesimismo nos invade. En esos momentos nos parece que ya nunca recuperaremos la normalidad y nos cuesta aceptar que esa persona tan especial ya no está a nuestro lado, pero no debemos olvidar que se trata de un periodo pasajero y que tarde o temprano volverás a sonreír y a rehacer tu vida junto a un nuevo amor. Pero antes de alcanzar esta estabilidad, será necesario superar las tres fases propias del duelo tras una ruptura.

  1) La primera de ellas es la negación. Durante este tiempo, todavía no podemos creer lo que está sucediendo y podemos,  incluso,  llegar a pensar que se trata de algo transitorio y que algún día nos uniremos de nuevo a nuestra antigua pareja.

  Asumir la pérdida de alguien importante es muy difícil, y para ello lo mejor es cortar completamente el contacto entre los dos; de esta forma, la aceptación será más sencilla y no correremos el riesgo de hacernos falsas ilusiones. En ningún caso debemos encerrarnos en casa y aislarnos del mundo. Por mucho que nos cueste,  la única forma de hacer una ruptura más llevadera es distraerse, hacer planes y salir con los amigos.

  2) La ira es el sentimiento que domina la segunda fase. Querremos olvidarnos de esa persona, deshacernos de sus recuerdos, pero tendremos que tener paciencia y comprender que se necesita tiempo para poder mirar hacía atrás con indiferencia. Intentar olvidar mediante fiestas y diversión, e incluso con nuevos ligues, no nos ayudará a calmarnos y a perder la inevitable sensación de frustración que sigue a cualquier ruptura de pareja. Iniciar nuevos proyectos (estudios, hobbies, planes, etc.) te permitirá concentrar tu energía en otros asuntos mientras pasa esta dolorosa etapa.

  Por último, el duelo finaliza con la aceptación de la ruptura (3). A partir de ahora,  nos sentiremos capaces de seguir adelante sin esa persona y comenzaremos a recuperar la ilusión por futuras relaciones.

Es imposible adaptarse rápidamente a un cambio tan brusco en nuestra vida; hay que tener paciencia, el tiempo acabará curando la herida. Es un error muy común obsesionarse por la pronta recuperación, pero realmente podemos aprovechar esta etapa para pasar un tiempo a solas y conocernos a nosotras mismas. La soltería no tiene por qué ser algo negativo; aprende a disfrutarla para poder así comenzar de nuevo.

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