Diversas

Relaciones que cuestionan la moral



Romper otro tabú... ¿qué tan sano es para nuestra mente?


Por: Vivian Diller*

Entre los cinco nominados para los Globos de Oro 2012 a mejor serie, hay dos programas de televisión de lo más controversiales: Boardwalk Empire y Game of Thrones. Sus líneas narrativas en la temporada pasada se atrevieron a ir a donde pocos han ido, aunque parece que quieren llegar ahí cada vez más y más: el incesto. ¿Acaso este tabú de moda en la televisión es bueno para nuestras mentes?

El incesto en el arte y la literatura no es nuevo, remontándose hasta la mitología griega (Edipo Rey), Shakespeare (Hamlet) y las novelas de romance victorianas. Pero casi siempre ha sido disfrazado o insinuado—lo que sucedía entre las sábanas debía leerse entre líneas. Ahora estos romances distorsionados son mostrados con gráficos detalles para que todos lo vean.

En Boardwalk Empire, por ejemplo, vemos una inquietante relación íntima entre una joven madre y su hijo, dramatizada por medio de “flashbacks”, por un encuentro sexual profundamente perturbador. Retratado con deseo, pasión, vergüenza y confusión, culmina con el brutal asesinato del padre biológico—un final trágico para un verdadero triángulo edípico. En Game of Thrones, somos testigos de la sexualidad entre hermano y hermana tan frecuente y explícitamente que casi nos vuelve insensibles a su distorsionada naturaleza. Los fans han apodado su relación como “twincest” (incesto de gemelos), dándole una identidad que, de alguna manera, pareciera normalizarla.

Hablando de lo que es normal—o no—Modern Family, otra nominación a los Globos de Oro, también cruza nuevos límites. Más suave, pero aún así provocativa, este programa de cadena nacional expone los extraños arreglos domésticos de las familias actuales. Añade a eso Two and a Half Men y Shameless, y es claro que hemos cambiado mucho desde Father Knows Best, The Brady Bunch y The Cosby Show. Estos retratos, anteriormente tan populares de la vida familiar, excluían no solamente las relaciones tabú, sino la mera mención de las mismas.

Con la televisión por cable llegando a la mayoría de edad, ha habido innovaciones en un buen número de temas que solían ser demasiado volátiles para hablarlos—como Big Love (poligamia), Breaking Bad (tráfico de drogas), Hung (prostitución masculina) y Homeland (enfermedad mental) por nombrar algunos. Algunos programas se han subido al tren—incluyendo Will & Grace (homosexualidad), Law and Order SVU (abuso infantil) y 24 (tortura). Como experimentos con guiones llenos de material crecientemente enardecedor, no sorprende que el incesto haya encontrado su camino al frente y centro de nuestras pantallas.

Sin duda, el despliegue gráfico de tabúes hace a la televisión intrigante. Profundos secretos son revelados. El comportamiento prohibido está a la vista. De acuerdo con los psicoanalistas, estos impulsos primitivos yacen ocultos en todos nosotros y están prohibidos por nuestra consciencia con el fin de vivir en una sociedad civilizada. Pero cuando estos instintos son liberados y realizados por otros, nos sentimos fascinados por ellos. Aunque el tabú del incesto sirvió originalmente para desmotivar la endogamia (y una mayor probabilidad de deformidades genéticas), la mayoría cree que se mantiene en ese lugar para conservar intacta a la familia nuclear y proteger a sus miembros más vulnerables: los niños.

Y aquí es donde las cosas se vuelven complicadas. Las familias de hoy están evolucionando en entidades con estructuras más endebles, tanto en la vida real como en las películas. Lo que constituye una familia—con miembros sin relación familiar bajo un mismo techo como consecuencia del divorcio, la adopción, padres del mismo sexo, fertilización in Vitro, etc.—es una gran fuente de confusión para empezar. Pero si se emborronan más los límites morales, tenemos una receta para el desastre emocional, especialmente para los niños que están desarrollando el entendimiento de sí mismos en relación con el mundo.

¿Debería ser considerada como ilegal la intimidad entre personas sin relación sanguínea viviendo en la misma casa? ¿Deberían prohibirse las relaciones sexuales consensuales entre adultos que crecieron juntos, (pero que no están conectados biológicamente? Seguramente recordamos el escándalo cuando Woody Allen se casó con la hija adoptiva de Mia Farrow— ¿fue por la diferencia de edad, la traición o por otros límites que se rompieron?

Unos cuantos hechos:
  • Se han reportado alrededor de 20 millones de niños estadounidenses que han sido víctimas del incesto por parte de alguno de los padres.
  • El 40% de los niños que reportan haber sido violados fueron víctimas de un miembro de su familia.
  • El incesto entre padre e hija, padrastro e hijastra son los que se reportan como más comunes.
  • Algunos creen que los hermanos incurren en el incesto con mayor frecuencia, pero que no se reportados. El sexo entre hermanos suele ser más violento y dura más años que otras formas de incesto.
  • El incesto entre padre e hijo es menos frecuente. El incesto menos común es el que implica a las madres.
  • El incesto entre padres e hijos pequeños es ilegal y considerado un tabú en Estados Unidos, pero el incesto consensual entre dos adultos no es un crimen en otros seis países.
La mayoría de los expertos cree que el incesto consensual nunca es verdaderamente mutuo, y que casi siempre implica a un individuo de confianza que ejerce autoridad, y que traiciona a una víctima indefensa. Sabemos lo que podría significar en realidad “jugar al caballito” o a dónde podría llegar el “jugar al doctor” con los hermanos. Estas relaciones son a menudo nacidas de la reclusión o la coerción de otros participantes que tienen pocas opciones—familias que son disfuncionales, padres con poca o nula afectividad entre ellos e hijos que imploran un poco de ésta. En las familias dependen unos de los otros, lo que requiere defensas fuertes para manejar la vergüenza, la culpa o el desenfreno de los actos incestuosos. Con pocas posibilidades de ponerle fin, o tratar el tema del abuso, los niños crecen con un trauma emocional severo que solo emerge en la edad adulta.

Este tema que alguna vez fue blanco y negro ahora se ha tornado gris—o digamos, multicolor—al menos de acuerdo con los productores de televisión. Podrá ser buen material para guión y para las audiencias que son cada vez menos impresionables, pero es un experimento sobre un tema que en la vida real y actual es un potencial para el abuso sexual crónico. Aunque ha abierto un tema prohibido para verse y discutirse, no podemos minimizar el trauma psicológico que puede causar el incesto a sus víctimas.

Con eso dicho, me perturbó un video que se puso de moda recientemente, que mostraba una broma estudiantil en Minnesota. Los capitanes de equipo eran vendados de los ojos y tenían que besar a “alguien especial”, solo para descubrir que esa persona era su mamá o su papá. Aunque claramente una novatada que se salió de control—pero que fue sancionada por la escuela  y los padres—revela la casualidad con la que se toma al incesto estos días. ¿Qué sigue? ¿Un reality show? ¿Un videojuego?

Una línea narrative que sea intrigante y estimulante para una audiencia es una cosa. Miembros de una familia que de cruzan límites inaceptables es otra. ¿El resultado? Patología de larga duración. Recuerda, el cuerpo humano está diseñado para responder a la estimulación sexual, incluso cuando va acompañada de terror y peligro físico. Los niños muy pequeños no conocen los tipos de comportamiento y estimulación que constituyen una violación—incluso cuando les indican que “no le digan a nadie”. Hay suficiente confusión en lo que respecta a la moral y la familia en la vida actual, ¿de verdad queremos más?

Las personas que han sufrido incesto no pueden manejar el perder la confianza en aquellas personas que ellos esperan deberían de protegerlos. Un episodio de televisión puede apagarse con un clic, pero esas dinámicas pueden durar toda una vida.

¿Tú crees que romper los tabúes en la televisión es una tendencia negativa o positiva?

LibroFaceIt*Vivian Diller es psicóloga, bailarina profesional y modelo. Conocida por sus artículos de belleza, envejecimiento, medios, modelos y bailarinas. Es autora del libro Face It: What Women Really Feel As Their Looks Change una guía psicológica para ayudar a las mujeres a lidiar con sus emociones respecto al cambio en su apariencia.

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