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El wifi no funciona: ¿cómo recuperar la conexión?

Soluciones prácticas para recuperar la señal de las redes inalámbricas

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as señales wifi domésticas permiten a los usuarios disponer de acceso a Internet de banda ancha en cualquier rincón de la casa sin necesidad de cables. Como consecuencia, en muchos hogares se acumulan los dispositivos capaces de conectarse a la Web con independencia del ordenador: teléfonos móviles, videoconsolas, centros multimedia, marcos de fotografías digitales e, incluso, discos duros. Pero esta ventaja puede convertirse en un problema cuando el acceso se altera o se pierde, ya que el usuario queda privado de múltiples servicios. Las causas pueden ser varias, por lo que es recomendable seguir un protocolo para descartarlas hasta dar con la solución.

Empezar por el servicio técnico
Es habitual que mientras un usuario está conectado a la Red se produzcan alteraciones en la conexión inalámbrica contratada con su operador. Problemas como desconexiones de forma regular e inexplicable, falta de potencia en la llegada de datos o fluctuaciones en el ancho de banda disponible en cada momento son susceptibles de convertir el acceso wifi en un martirio. Los motivos pueden ser varios y no siempre cabe culpar a posibles deficiencias técnicas del proveedor, ya que hasta la ionización atmosférica interviene en la calidad de la señal.
Si después de llamar al servicio técnico del operador contratado se confirma que no es un problema ajeno, que pueda solucionar un experto de la compañía, hay que pensar alternativas. Desde el propio servicio técnico es posible que se asesore al usuario para solucionar la deficiencia o, al menos, se abrirá una incidencia en caso de que se reconozca y localice dentro de la central o redes del operador.
Si el proveedor asegura que el fallo, o el funcionamiento irregular, no le compete, se debe pensar en alteraciones de "competencia doméstica". En este caso, se pueden probar una serie de estrategias que permitan identificar el problema y solucionarlo.

El "tramo doméstico"
Es posible que la alteración esté relacionada con la infraestructura de acceso dentro del propio edificio, es decir, con los cablesHay que llamar al servicio técnico para descartar que es un problema ajeno, soluble por parte de un experto que enganchan a la red del operador en la calle y reparten la señal a las casas. Para saber si ése es el fallo, conviene averiguar si el resto de los vecinos también tiene problemas con el acceso inalámbrico. Si es así, la solución requiere una obra de mejora estructural que resulta muy cara y, según la ley, es responsabilidad de la comunidad de propietarios.
En caso de que las alteraciones no se detecten en el "tramo doméstico", es probable que estén motivadas por interferencias de ondas, tanto externas como propias del hogar, o bien por un exceso de dispositivos conectados a la misma red wifi. En este caso, es posible que la señal llegue con poca potencia y que, al apagar los posibles aparatos conectados, ésta aumente. Si ocurre así, basta con administrar el acceso de manera racional, de modo que cuando se quiera trabajar con el ordenador no haya más aparatos conectados.

Obstáculos físicos
En otras ocasiones, la falta de potencia en la señal se debe a que entre el punto donde está situado el router emisor y el equipo del usuario se detectan objetos físicos que interfieren. Según el tipo de conexión inalámbrica, las paredes, puertas y objetos voluminosos debilitan la señal.
Es recomendable hacer una prueba con el equipo situado a una distancia menor y comprobar la velocidad de acceso a Internet. Se pueden aprovechar varios test gratuitos, como el Test de Velocidad de la Asociación de Internautas. Si tras esta prueba la velocidad de conexión aumenta, se confirmará la influencia de los obstáculos físicos.
No conviene colocar el router cerca de una ventana, ante el riesgo de que la señal se disperse. Una opción para solucionar de forma sencilla el problema de los obstáculos físicos es adquirir una antena unidireccional de mayor tamaño, que lleve la señal a un rango mayor que la antena del router.

Saturación de los canales
Las interferencias de la señal wifi producidas por la proximidad de otras redes inalámbricas son uno de los mayores problemas para los usuarios que estén situados en zonas céntricas de grandes ciudades, ya que en un hogar pueden estar operativas más de medio centenar de redes wifi que saturen el espacio y dejen poco ancho para la señal propia. El resultado son fluctuaciones salvajes en la recepción de datos y caídas repetidas.
Cada red inalámbrica dispone de una serie de canales de conexión que determina el rango de frecuencias acotadas por el que pueden emitir la señal wifi. Por defecto, los modelos de router disponibles en el mercado operan dentro de un canal predeterminado. Esta circunstancia provoca que si se instala un mismo modelo en varios hogares cercanos al domicilio del usuario, pueden generarse interferencias al saturar todos estos puntos de emisión el mismo canal.
En el centro de una gran ciudad, la señal wifi puede debilitarse debido a las interferencias de otras redes que colapsen la zona En tal caso, es conveniente cambiar el canal de emisión predeterminado. En España se pueden utilizar los canales wifi numerados del 1 al 13 y, lo más lógico, es probar con un margen de cinco canales arriba o abajo. Si por defecto el router inalámbrico utiliza el canal 6, se puede probar con el canal 1 o el 11 para huir de los más saturados. Las pruebas deben realizarse hasta que el ancho de banda de la conexión se optimice de nuevo.
Para cambiar el canal de emisión es necesario acceder a la configuración del router como administrador. Al introducir la dirección IP del mismo en la barra de direcciones del navegador, el acceso es directo. Algunos servicios de Internet proporcionan este dato. Después hay que identificarse con las claves que haya proporcionado el operador. Suele facilitar un disco con las claves de configuración del router, aunque en caso de no tenerlas, se reclaman en el servicio de asistencia técnica.
En varias páginas web, como ADSLayuda.com y BandaAncha.eu, se encuentran tutoriales y manuales de ayuda para acceder a la configuración de los routers más vendidos por los principales operadores de telecomunicaciones. Una vez en la página de administración, se accede a la configuración inalámbrica y se elige un canal diferente al original.
Después se deberá apagar el router y volver a encenderlo para activar el nuevo canal de emisión. Este tipo de operaciones deben realizarse con conexión al router a través de cable, ya que si no se acierta con el canal de emisión, se perderá por completo la señal wifi. La operación deberá repetirse hasta comprobar que la señal se optimiza. También hay que tener en cuenta que la mayoría de las IP son dinámicas, por lo que cambiarán cada vez que se encienda y se apague el router.

Programas para controlar la saturación wifi
Es recomendable disponer de una aplicación informática que permita localizar las redes que operan dentro de la zona donde se encuentra el usuario. Por defecto, los principales sistemas operativos disponen de una herramienta básica para este cometido, pero en ocasiones carecen de suficiente información sobre cada una de las redes inalámbricas encontradas.
Para Mac OS X (hasta 10.5), la aplicación Istumbler permite encontrar redes inalámbricas y saber el canal de emisión por el cual emiten. En Windows, Inssider es una aplicación para buscar redes inalámbricas y controlar mediante un sencillo entorno gráfico la intensidad de la señal de cada una de estas redes, junto con datos técnicos como el canal en el que operan, el tipo de red y los niveles de seguridad.
Otro tipo de interferencias pueden deberse al uso de teléfonos inalámbricos DECT o a emisores y receptores de señal de televisión mediante tecnologías sin cables, ya que utilizan la misma banda de frecuencia que el wifi, alrededor de 2,4 Gigaherzios. Si un teléfono inalámbrico DECT está instalado cerca del router, las emisiones de los diversos dispositivos pueden interferir entre ellos y causar una perturbación en la señal.
Una solución sería alejar más de un metro la base del teléfono inalámbrico DECT o bien, según el modelo de teléfono, elegir un rango de frecuencias que no coincida con el empleado por el punto de acceso creado por el router.

Normativa conexión wifi
Las normas que definen a las conexiones inalámbricas wifi como una alternativa a las redes que utilizan un cableado, se desarrollaron a mitad de la década de los años noventa. La normativa IEE 802.11 se diseñó para tener un entorno de cobertura y velocidad suficiente dentro de los hogares. Los protocolos más utilizados son 802.11b, 802.11g y, en la actualidad, 802.11n. La diferencia entre ellas es la velocidad de transmisión y el alcance. 802.11n logra una velocidad hasta 10 veces mayor que la norma 802.11g.
En el ámbito empresarial se utiliza la norma 802.11a, que transmite en un rango de frecuencias donde las interferencias por solapamiento de señales apenas se producen, al emitir en una banda diferente. Sin embargo, es necesario una visión directa entre el punto de acceso y los equipos informáticos, cuyo coste es en general mayor.
La norma 802.11n está pensada para que pueda trabajar en dos bandas de frecuencias: 2,4 gigaherzios (donde se encuentran la norma 802.11b y 802.11g) y 5 gigaherzios (norma 802.11a), que permite emitir en una zona menos congestionada. Para poder utilizar una de estas versiones de wifi, es necesario que tanto el emisor (router) como el receptor (dispositivo con tarjeta wifi) sean compatible con la misma normativa. En consecuencia, al adquirir un nuevo dispositivo o cambiar el tipo de señal y frecuencia de la red wifi, es fundamental asegurarse de la compatibilidad de las versiones.

Escrito por: Antonio Delgado y J. Sabate
Fuente: consumer.es

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