Un viaje inolvidable
Cierto día, Luis Eduardo recordó que su papá tenía guardado un libro que le ha llamado la atención. Es de piel negra y en el lomo, con letras plateadas dice: El libro de la abuela. Ahora que sabe leer, puede ser interesante hojear sus hojas color sepia. En la portada, tiene un medallón plateado, ovalado, enmarcando la fotografía de su abuelita cuando era joven, parece sonreir; es como una invitación a leerlo.
Decide ponerse cómodo, se recuesta en la cama, abre el libro y al empezar a hojearlo sucede algo maravilloso, su abuelita se convierte en una niña risueña, con trenzas y grandes ojos verdes, juguetona y feliz lo invita a descubrir su mundo. Las hojas pasan rápidamente, por ella desfilan diferentes etapas de la vida de su abuelita y personas que no conoce, luego la ve acompañada de su abuelito; entonces, los tres, tomados de la mano van recorriendo las hojas; ahí está su papá, sus tíos y primos, quienes se les unen, cada vez son más los que emprenden esta maravillosa aventura en la que podrán conocer mejor a su abuelita.
Allá van, deslizándose por las suaves hojas color sepia. Pasan por lugares increíbles, cruzan ríos caudalosos, el mar con tonalidades diferentes, azules, verdes, bosques con espléndidos follajes, calurosos desiertos e impresionantes montañas. Hermosos atardeceres y amaneceres, cielos despejados o rojizos, nubes que parecen de algodón. Viajan en bicicletas, trenes, aviones y barcos. Visitan muchos lugares pintorescos dentro de la República; ¡qué hermoso es México! Cruzan la frontera, el inmenso océano, ahí esta Europa con ciudades majestuosas, castillos monumentales, museos, infinidad de obras de arte, todas muy bellas.
De pronto, voltea y ve a su abuelita con los ojos llenos de lágrimas, son los momentos dolorosos, difíciles, pérdidas de seres queridos; ahora sabe que ella guarda esos tristes recuerdos en un rinconcito, en lo más profundo de su corazón,
A lo lejos le parece oír la voz de su papá: "Luis Eduardo… Luis Eduardo, despierta!", abre los ojos y ve que tiene sobre su pecho, abrazado El libro de la abuela; todo fue un sueño, pero, ¡era tan real! Qué bueno fue emprender este viaje maravilloso y poder conocerla mejor. Cierra el libro y al ver la foto de su abuelita en la portada, ve que la expresión que tiene ahora, es dulce. Le da un beso y le dice en voz baja: Abuelita, te quiero. Gracias por invitarme a este viaje inolvidable.
Escrito por: Leticia Sáenz
Foto: I am Nothing
