Un mundo mejor

Bancos de ideas, tras la inteligencia colectiva

bancoideasVarios sitios publican y comparten las ideas de sus usuarios para mejorar todo tipo de productos y servicios

I

nternet se ha convertido en un medio de expresión para millones de usuarios. Pero no sólo se comunican opiniones o noticias, sino algo más valioso: ideas de cualquier condición que pretenden hallar mejores soluciones para todo tipo de productos, procesos o servicios. Los bancos de ideas reúnen estas propuestas y establecen mecanismos para valorar las mejores aportaciones. A la vez, las ofrecen a las empresas, bien como un negocio o como una herramienta de influencia.

Ideas para todos
¿Cómo realizar una tarea de manera más eficiente? La realidad cotidiana enfrenta a numerosas situaciones en las que se concluye que el modo de trabajar se puede mejorar. Las empresas y las administraciones disponen de los denominados buzones de sugerencias con este fin, pero su uso se restringe a los servicios ofertados por éstas y no tienen la velocidad de Internet.
La Web ha catapultado el uso y las posibilidades de estos sistemas, que han pasado de sugerir a constituir los denominados bancos de ideas. En la Internet social, los usuarios no sólo crean los contenidos en las redes sociales y en sitios como Flickr o YouTube, sino que también aportan nuevas ideas para que otras personas, empresas, organizaciones o administraciones las empleen, con el consiguiente ahorro en el presupuesto destinado a los respectivos departamentos de innovación.
Algunas empresas subcontratan los servicios de los bancos de ideas y, de esta manera, se han creado sitios donde se pueden compartir buenas ocurrencias, reflexionar sobre ellas, fusionarlas y mejorarlas. El número de beneficiarios aumenta respecto a los buzones de sugerencias tradicionales, porque no se reduce a una sola empresa.
Con frecuencia, se pueden leer las contribuciones de los demás sin coste alguno, aunque participar con comentarios o nuevas aportaciones obliga al usuario a registrarse. Para conocer cuáles son las mejores ideas, o al menos las más populares, se emplean sistemas de votación similares a los utilizados por los servicios sociales de selección de noticias, como Menéname o Digg. Así las más interesantes se pueden visualizar de forma más ágil.

De sitios web a libros
Las alternativas en inglés superan a las propuestas en otros idiomas. Global:Ideas:Bank fue uno de los sitios pioneros en este campo en 1995. En su portada muestra las ideas más valoradas por los usuarios, así como las más recientes. En cada una se explica el problema de partida y la propuesta.
Se clasifican, segúnEn la Internet social, los usuarios no sólo crean los contenidos en las redes sociales, sino que también aportan nuevas ideas para que otras personas, empresas, organizaciones o administraciones las empleen el grado de elaboración, en "semillas", que son ideas que no se han aplicado todavía; "plantas", cuando las iniciativas están en fase de desarrollo; y "árboles", para los proyectos que han logrado salir adelante. Los buscadores se preocupan por ser más ecológicos.
Otro servicio en inglés es Idea a day, que se diferencia del resto porque desde 2000 sólo propone una idea al día. Los lectores se pueden suscribir para recibirla por correo electrónico. Entre sus ocurrencias más relevantes, destaca la de introducir un sistema de puntuación de estrellas para valorar los contenidos de Wikipedia.
Los usuarios pueden comentar la idea o escribir al autor de la misma. Este material supuso en 2004 un libro con las 500 mejores aportaciones, a juicio de sus editores. Otra iniciativa similar, que ha servido de soporte para un libro, es Why Not?, un sitio que defiende que cualquier idea, hasta la más absurda, puede ser el comienzo de la solución a cualquier problema.

Ideas en español
Aunque el inglés se ha convertido en el nuevo esperanto para Internet, también se encuentran sitios nacidos en España. Ideas4all.com es una muestra. El lema que acompaña a su logotipo juega con la creación de un conocimiento global, que cumple con la traducción a idiomas como el japonés o el español, además del inglés.
Se ha estructurado como una red social alrededor de las ideas e introduce la posibilidad de licenciarlas en Creative Commons, de manera que se reconozca la autoría pero se cedan otros derechos, una forma de contribuir con generosidad al desarrollo de las mejores iniciativas.
Las propuestas de los usuarios se dividen en ideas y en problemas que requieren una solución mejor. Cada sugerencia se observa sin necesidad de registro y se somete a votación (a favor o en contra). Se puede opinar sobre ellas. Para incentivar la participación, utilizan el concepto de "karma", denominado "brain-fu", y otorgan puntos cuando se participa o se comentan propuestas de otros usuarios.
Organiza concursos como el Big Bang Challengue, que premia con 25.000 dólares la idea de negocio más innovadora, para comenzar su desarrollo efectivo. Resulta curiosa también su mezcla de ideas con los lugares donde se originan, a través de los mapas de Google. Esta forma de enseñar la información permite comprobar qué inquietudes y problemas tienen los usuarios de cada país o ciudad, cómo es su creatividad y cuáles son las propuesta que más se valoran.
Worth Idea, otra iniciativa española, cuenta con dos versiones: en castellano y en inglés. Nació como un espacio donde las personas pudieran proponer servicios y productos que todavía no se comercializan, pero que les interesaría tener. Así inspiran a las empresas.
A diferencia de otros bancos de ideas, donde las propuestas son gratuitas, Worth Idea se orienta hacia un mercado de venta de ideas, que se indican pero no se desarrollan por completo. Para cada inventor se establece un precio por su sugerencia, dentro de un rango predeterminado en función de las valoraciones que hayan tenido sus propuestas anteriores, y recibe un porcentaje de la transacción. El sitio y los propios usuarios, mediante puntuaciones, seleccionan las ideas con mayor viabilidad comercial y descartan las irrealizables o que no sean novedosas. WorthIdea ofrece sus servicios a las empresas para que éstas utilicen su material para realizar estudios de mercado.

Las empresas buscan ideas entre empleados y consumidores
Además de bancos de ideas como los citados, muchas empresas han aprovechado la flexibilidad de la Web para crear sus propios y modernos buzones de sugerencias, tanto internos (entre sus empleados) como abiertos al público. Aplican los mismos fundamentos que los originales, pero centrados sólo en sus productos y servicios.
EsAlgunas empresas subcontratan los servicios de los bancos de ideas y, de esta manera, se han creado sitios donde se pueden compartir buenas ocurrencias, reflexionar sobre ellas, fusionarlas y mejorarlas una manera de que los usuarios aporten soluciones para el beneficio de ambas partes y se sientan partícipes del diseño de los productos. A las empresas, les sirve para sondear a sus clientes sobre los nuevos servicios que lanzan y, en la práctica, equivale a realizar pequeños estudios de mercado.
Un ejemplo en el ámbito de la informática es Dell. Fue pionera en recurrir a esta posibilidad en 2007, con Ideastorm. Es un sitio donde se comparten ideas sobre los productos de esta empresa y un sistema de votaciones las valora. Después, la compañía indica cuáles ha adoptado.
Un resultado de esta política de "orejas abiertas" fue la petición concedida a los usuarios de que se incluyera Ubuntu como sistema operativo preinstalado en algunos de sus ordenadores. En la actualidad, la empresa estudia peticiones sobre cómo estandarizar los cables de alimentación de sus PC y trabaja en proporcionar controladores para que Linux funcione sin problemas en todos sus equipos.
En esta línea, ha surgido software que permite a las organizaciones implantar con facilidad estos bancos de ideas propios, como IdeaScale, una aplicación web que dispone de un plan básico gratuito, aunque la opción más completa asciende a 99 dólares mensuales.
Los usuarios que aportan ideas de forma directa a las empresas a través de estas plataformas, sin recurrir a los bancos generalistas, donan el posible uso comercial a las compañías y renuncian de manera implícita a rentabilizar su ingenio mediante el desarrollo propio de la sugerencia o su venta. Según la ley española, para patentar una idea se debe presentar un prototipo e inscribirlo en el Registro Español de Patentes y Marcas.

Escrito por: Benyi Arregoces

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